La clasificación cinemática de fallas puede ser una tarea tediosa cuando no se cuenta con la experiencia para caracterizar, medir e identificar correctamente zonas de cizalla. Normalmente una falla se clasifica a partir del desplazamiento neto a lo largo de dos bloques, si la falla se encuentra en sedimentos o en rocas sedimentarias la separación podría calcularse con facilidad en el orden de milímetros a kilómetros. En los trabajos geológicos de campo los sedimentos y rocas están expuestos en afloramientos aislados, cortes de carreteras, taludes, entre otros; aquí si las separaciones entre litologías está bien expuestas es sencillo clasificar a las fallas en normales, de desgarre o inversas. Cabe decir, que tal clasificación es «sencilla» ya que es muy común asumir que los desplazamientos netos de fallas son indicadores cinemáticos completamente confiables para clasificarlas. Todo lo contrario: el problema radica en que de este modo se omite el cálculo del vector de movimiento tectónico con el que la falla se desplazó en el espacio en un momento dado. Hasta cierto punto esto es comprensible ya que el cálculo de dicho vector suele requerir estructuras en-echelon que no siempre están presentes en un plano de falla.

Al momento de llevar a cabo la clasificación cinemática de fallas en campo es necesario tomar en cuenta las siguientes consideraciones:

1. Los desplazamientos netos observados en afloramientos corresponden a cinemáticas relativas ya que se les observa a partir de vistas o cortes arbitrarios que no tienen por qué coincidir con la proyección en verdadera magnitud del fallamiento.

2. El vector del movimiento tectónico de una falla puede estar dado por estrías. Las estrías son los marcadores tectónicos más comunes en la naturaleza, y en efecto, son el carril de movimiento cuya representación geométrica se hace empleando un trend (dirección) y plunge (inmersión).

3. Una falla será mejor estudiada cinemáticamente si cuenta con la mayor cantidad de estructuras en-echelon como por ejemplo, fracturas riedel o también conocidas como «escalones» o «cuñas» tectónicas.

4. Las diaclasas aledañas a una falla no pueden ser consideradas como indicadores cinemáticos porque ellas pudieron haberse formado por procesos ajenos al tectonismo. En la práctica, comprobar que las diaclasas estuvieron vinculadas con el cizallamiento de una falla en particular es una tarea complicada.

5. Un desplazamiento neto expuesto sobre una falla pudo haberse formado incluso por reactivación tectónica.

 

Los tips para la clasificación cinemática de fallas se basan en la medición de los «datums de falla». Los datums comprenden una triada de información para cada plano de falla:

-Rumbos y buzamientos, los cuales pueden ser medidos en formato azimutal o bien con la regla de la mano derecha. Ejemplo: 283°/74°.

-Magnitud y dirección de cabeceos (también conocido como pitch o rake). Ejemplo: 11°E.

-Cinemática determinada mediante estructuras en-echelon que estén expuestas sobre o en un borde del plano de falla. Toda falla cuenta con dos cinemáticas, una principal y otra secundaria, de las cuales en campo únicamente es necesario determinar una de ellas.

 

En este sentido, la siguiente imagen ejemplifica y sintetiza lo anteriormente expuesto:

Geologia 3D -tips para la clasificacion cinematica de fallas- 1
Información geológica indispensable (datums) para la clasificación cinemática de fallas. A: Ejemplos de datums de falla vinculados a cinemáticas sinestrales y dextrales, asimismo, quien mide estos datos puede describir estructuras de mayor orden o notas adicionales. B: Ejemplo de una clasificación cinemática de fallas bajo el esquema de Angelier de 1994, el ploteo buzamientos-cabeceos de 100 datums muestra claramente cinemáticas de desgarre y de deslizamiento oblicuo.

Los datums de falla en (A) permiten construir una diagrama (B) que permite clasificar objetivamente a las fallas en fallas de desgarre, fallas de deslizamiento oblicuo, o fallas normales o inversas. El diagrama de Angelier (1994) expone a los 100 datums de fallas con marcadas tendencias que oscilan principalmente entre las áreas de fallas de desgarre y de deslizamiento oblicuo.

Tener cinemáticas principales de desgarre y de deslizamiento oblicuo ayuda a entender que los desplazamientos netos normales o inversos que están presentes sobre los planos de falla solo corresponden a cinemáticas secundarias. Además, debido a que muchas de las fallas presentadas anteriormente están asociadas a desplazamientos netos y estructuras extensionales de orden mayor, entonces para este caso es posible interpretar un régimen tectónico transtensional.

La clasificación cinemática de fallas empleando los estudios de Angelier (1994) permite entender mejor las formas de movimiento tectónico. En especial y para este caso, ayuda a discriminar entre cinemáticas principales (de desgarre/oblicuas) de otras secundarias provocadas por extensión o compresión. Este tip de clasificación cinemática es muy útil porque así se establece la orientación y sentido reales del movimiento tectónico en una falla, y por ende, hace más sencillo realizar futuras interpretaciones en términos de los modelos de Ramsay o Anderson.