Las secciones estructurales en geología juegan un papel importante en geología de campo, geología estructural y ultimadamente en la mejor interpretación posible del modelamiento geológico 2D. Para su elaboración se deben considerar las características más esenciales: topográficas, estratigráficas y tectónicas. Como procesos intermedios para el levantamiento de tales características se suele hacer un cartografiado geológico en campo, interpretar imágenes satelitales, medir datos estructurales, tomar fotografías, dibujar sketches, levantar columnas estratigráficas y probablemente esbozar alguna interpretación a priori desde antes de finalizar la campaña de terreno. Una sección estructural se dibuja directamente del mapa geológico, aunque también puede ser construida usando métodos geofísicos tal como sucede en la interpretación de imágenes de sísmica de reflexión.
En las palabras de Berta Lopez-Mir (2019): «las secciones estructurales son usadas por los geólogos para representar la estructura la subsuperficie terrestre, con el fin de transformar información dispersa hacia una geometría geológica razonable». La autora agrega que las secciones estructurales en geología se valen de la interpretación de información de terreno. Así como hace énfasis que una interpretación puede estar influenciada por modelos conceptuales, o incluso sesgos. Una sección estructural en geología se considera admisible si es que respeta las observaciones y mediciones de campo. Por lo que la solución que cada geólogo propone es tan solo una propuesta razonable en lugar de una verdad absoluta.
Bond (2015) puso en evidencia la incertidumbre vinculada a los modelos geológicos. Considerando que una sección estructural es en sí un modelo, ella no está libre de errores. Según la autora, la incertidumbre puede ser causada por el empleo de programas computacionales para la interpretación, donde suele dejarse de lado el razonamiento y las reglas geológicas más esenciales. Además, hace énfasis en que el empleo de habilidades visuoespaciales son críticas para reducir la incertidumbre.
Por su parte, Frodeman (1995) resaltaba la idea de que el razonamiento sumado a las habilidades de interpretación geológica son deseables para crear, probar y validad hipótesis sobre un área de estudio de espacio incierto.
Son justamente las habilidades visuoespaciales recomendadas por Bond (2015) junto al razonamiento geológico exaltado por Frodeman (1995) las que hacen que un geólogo en campo pueda generar una sección estructural adecuada.
A continuación, se brindan dos ejemplos de cómo se presentan las secciones estructurales en geología. Ambas secciones provienen de la cartografía pública del Servicio Geológico del Perú (INGEMMET):
En esta primera imagen se muestran las características topográficas, estratigráficas y tectónicas. El estilo de la deformación tectónica está someramente interpretada en función de los datos estructurales (rumbos y buzamientos de estratos ploteados sobre y a lo largo del perfil topográfico).
En esta segunda imagen se muestra en A: La información geológica está inicialmente sustentada a partir del levantamiento de una columna estratigráfica mesozoica-cenozoica, que para este caso, es de escala regional (1/50,000); B: Sección estructural que muestra la disposición de los estratos según la deformación tectónica del sitio desde la Formación Tantará (Eoceno) hasta la Formación Auquivilca (Mioceno), la deformación está dada gracias al cartografiado de pliegues y fallas de vergencia noreste; C: Alrededores de la falla inversa Castrovirreyna tal como se observa en B.
Es importante notar que tanto las características topográficas, estratigráficas y tectónicas del terreno ayudan a definir secciones estructurales en geología. El ensamble de estos datos permiten mejorar nuestras interpretaciones tectónicas a nivel regional-local, y por lo tanto, reducen la incertidumbre.
Tal como se ha visto, las secciones estructurales en geología permiten conocer la historia de la deformación tectónica en la corteza terrestre. Pero más allá de los fines académicos, es conocido que ayudan a encontrar, examinar y extraer los recursos naturales tanto en yacimientos minerales como de hidrocarburos.
Esto cobra más relevancia en el caso de los Andes, región donde se tiene una margen activa de placas que ha controlado la deformación tectónica moderna desde los inicios del Cenozoico (~60 millones de años). Por lo que la geometría y distribución de los recursos naturales son en gran medida una consecuencia de las fallas, que de acuerdo a sus geometrías y cinemáticas, han ayudado a generar yacimientos económicos. Así, es comprensible que una sección estructural en geología merece ser analizada dejando de lado toda clase de sesgo conceptual, para que finalmente, sea construida partiendo de la mayor cantidad de información objetiva de terreno.