La cartografía geológica del Perú se caracteriza por contar con innumerables trabajos, ya sea que hayan sido publicados de forma escrita o en mapas, han servido para tener una idea base sobre la estratigrafía peruana. Muchos de estos trabajos, al menos los más novedosos e importantes se publicaron entre los años 1950 y finales de 1990. Desde entonces el servicio geológico del Perú (INGEMMET) ha venido actualizando los datos originales en el formato de mapas. Sin embargo, es importante puntualizar que aún quedan pendientes varias preguntas en el tintero. La geología de Lima, en las cercanías de la capital homónima, debería ser uno de los sitios mejor entendidos por los geólogos. Sin embargo, uno de los problemas que no tienen consenso en su entendimiento es su configuración tectónica actual, la cual, puede apreciarse en rocas mesozoicas.
El marco estratigráfico de la ciudad de Lima (latitud 12°S y longitud 77°O) comprende rocas mesozoicas (sedimentarias, volcánicas e intrusivas) del Jurásico superior, Cretácico inferior y superior. Tales rocas se hallan cubiertas por las gravas y arenas cuaternarias del «Abanico Aluvial de Lima». La cartografía de los años 2000-a la fecha indica que las sucesiones estratigráficas están afectadas por fallas normales kilométricas de dirección mayormente NO-SE. Mientras que la cartografía clásica de los años 1980-2000 presentan arreglos de fallas de desgarre e inversas junto con pliegues de orden kilométrico.
En ambas cartografías las estructuras tectónicas regionales tienen claras diferencias. Por un lado se tienen fallas normales asociadas a una estratigrafía basculada; y en el segundo caso se tienen estructuras compresivas. Estas diferencias son importantes porque son evidencias de cómo ocurrió la deformación tectónica desde los tiempos del Cretácico y Cenozoico. Personalmente, las razones de por qué en un momento los autores observaron un tipo de deformación y otra muy diferente años después son desconocidas. Ante la incertidumbre tanto en observaciones de escuelas de campo como para el desarrollo de mi tesis de maestría en el área de Lima caí en la necesidad de revisar el orden y cinemáticas de las estructuras tectónicas. Los sitios revisados comprendieron Morro Solar, Chorrillos, Surco, Lurín, Chosica, Santa Rosa de Quives y alrededores de playa Santa María.
En estos lugares, en efecto, es posible encontrar una predominancia de fallas normales de dirección NO-SE. Sin embargo, corresponden a fallas normales de escala de afloramiento dentro de las sucesiones del Cretácico inferior y superior (por ejemplo, formaciones Morro Solar, Pamplona y Grupo Casma) las cuales incluso muestran evidencias de ser de origen sinsedimentario. Al integrar regionalmente las mediciones de rumbos y buzamientos de estratos en modelos de elevación digital de 12.5m de precisión es posible reconstruir repeticiones estratigráficas y pliegues kilométricos en las sucesiones jurásicas y cretácicas. Cabe resaltar que tales evidencias geométricas son difíciles de explicar a partir de la deformación tectónica por fallas normales o basculamiento. Por otra parte, las «fallas normales» que se observan las rocas intrusivas del «Batolito de la Costa» muestran estrías de bajo ángulo con cinemáticas principales de desgarre (oblique-slip) con componente secundaria extensional.
Las breves observaciones descritas anteriormente dan cuenta de que la cartografía clásica de los años 1980-2000 cobra un mayor sentido respecto de la realidad. No todos sus datos son completamente correctos, pero sí vale la pena mencionar que en localidades como Lurín se corrobora su valor ya que en tal localidad se tiene una deformación compresiva dada por pliegues afectados por fallas normales de escala muy local tal como Alfredo Pardo ya había cartografiado también en 1961 para su tesis de bachiller. Asimismo, la cartografía de los años 2000-a la fecha guarda cierta verdades en la observación de fallas normales, no obstante, la escala regional a las que han sido cartografiadas parecen ser más grandes de lo que en realidad son.
Para tener una mayor comprensión sobre lo dicho anteriormente, la siguiente imagen muestra una síntesis de varios mapas publicados entre los años 1980-2000 por el servicio geológico del Perú y autores independientes, nótese que las estructuras tectónicas guardan relación con un vector de compresión de dirección NE-SO el cual podría estar asociado a la convergencia de las placas tectónicas:
Por lo tanto, hay algunas conclusiones que son interesantes de mencionar:
-La configuración tectónica de geología de Lima sigue siendo una caja de misterios. Un problema de esta región es que en los alrededores de Lima o en la misma ciudad son cada vez menos los afloramientos rocosos donde se pueden realizar mediciones estructurales debido a la rápida expansión demográfica.
-La cartografía clásica de los alrededores de la ciudad de Lima tiene información por revisitar y datos rescatables. De hecho, en algunas localidades dicha cartografía posee más y mejores datos respecto a los vistos en mapas actualizados (años 2000-a la fecha).
-A la fecha no existen pruebas que hayan comprobado o descartado al 100% la existencia del «Anticlinal de Lima». Esta configuración tectónica es perfectamente interpretable a partir de los datos de campo. Únicamente una integración de datos regionales junto con un mayor control estratigráfico y estudios de sísmica de reflexión en continente ayudarán a resolver esta duda.
Vale la pena agregar que hasta no se haga una reflexión seria sobre lo poco que sabemos sobre la configuración tectónica actual de la ciudad de Lima no sabremos exactamente cuál es su verdadero impacto en un ámbito académico o aplicado tal como lo es en la exploración petrolera. Esto es preocupante debido a que a poco más de 100 años desde que Carlos Lisson describió inicialmente la geología de Lima, y a pesar de contar con conocimiento geológico avanzado y avances tecnológicos seguimos en las sombras.